martes, 6 de octubre de 2009


Sentarse escribir, que rara sensación siento hoy, muchas emociones juntas que ya ni sé diferenciar unas de otras.
La vida a veces te da cosas buenas y malas, el tema es saber tomas las buenas, como se debe, y a las malas de la mejor manera, o mejor aun viendo su lado positivo, a veces, también es mejor tomarlas como algo constructivo. Escuche una vez decir que de los errores se aprende, pero los errores que la vida te da, algunas veces son tan grandes que no sabes que hacer. En ese momento es cuando me pongo a pensar: ¿la vida te da esas señales o errores como forma de aprendizaje o para que aprendas a verlas desde otro ángulo y así verlas bien? Yo creo bien que la vida siempre busca la mejor manera de verte bien, aun cuando mas doloroso sea el camino que hay que cruzar, pero esos obstáculos, por mas grandes que sean hay que tratar de superarlos porque o sino nunca nos aproximaremos en lo mas mínimo a nuestra meta, que creo yo, que es la misma para todos: L A F E L I C I D A D.
Entrar a hablar de la felicidad implica debatir muchas cosas. Algunos encuentran la felicidad estando con alguien, otros al revés, algunos encuentran la felicidad al sentirse vivos, otros no; algunos encuentran la felicidad con sus amigos, otros al contrario; y así miles y miles de felicidades están, pero es aquí donde se me presenta la duda: ¿Y los que no encuentran la felicidad, qué pasa? Y así y todo le respondo casi de la misma manera. Encontrar la felicidad también tiene muchos caminos de los cuales hay que transcurrir, pero la formula esta en no ver todo lo negativo de las cosas y ahí es donde se encuentra la felicidad, porque sí, nosotros tratamos de verlo todo del lado negativo, ya sea con decir me falta esto, quiero esto que no tengo, dame eso y así, y no vemos lo que ya tenemos como por ejemplo: la amistad, el amor de la familia y esos momentos tan chiquitos llenos de alegría y emoción y muchas cosas con las cuales te sentís vivo, pero que pasa? como siempre, nosotros tendemos a ver siempre el lado vacío del vaso y a su vez tendemos a llorar sobre la leche derramada. Ese es el error. Si nos encerramos nosotros mismos en una jaula o nos ponemos nosotros mismos obstáculos difíciles de cruzar, nunca llegaremos al final del camino que implica el encuentro con la felicidad…
El fin de la vida de un ser querido implica cambios en nuestras propias vidas. Llantos, recuerdos, sonrisas de momentos lindos, añoranza, melancolía, tristeza, alegría y tantas cualidades que al momento de ponerte a pensar uno no las sabe diferencias, ya que después de una lágrima, a veces, le sigue una sonrisa. Siempre es tan común escuchar decir: “No te pongas mal, él/ella esta en un mejor lugar” y ahí me siento a meditar diciendo: será que a lo mejor esa persona no esta llorando de tristeza?, esta llorando el sentimiento de perder ese ser querido y de que quizá no va a poder volver a compartir buenos momentos nuevamente... Y es tan lindo recordar, recordar esos momentos donde te salían lagrimas, pero lagrimas que expresaban felicidad de tanta risa largada, o recuerdos de los momentos donde nunca, pero nunca vas a olvidar ya que ahí te sentiste tan bien que no querías salir de ese estado.
Estaría bueno recordar, amar, sentir, llorar, reír, saltar, gritar, vivir, alagar, agradecer, abrazar, besar, decir, transmitir; y así poder vivir la vida de una manera diferente, encerrar todo lo malo, y tirarlo, superar obstáculos por mas difíciles que sean.
La vida es corta y sí HAY QUE VIVIRLA.

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